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ToggleA veces, al enviar un archivo para imprimir, no se realiza de manera adecuada. Ya sea por descuido o falta de conocimiento, si no se prepara correctamente el documento para la impresión o no se considera el uso que se le dará después, pueden ocurrir errores que requieran repetir todo el proceso desde el principio e incluso tener que hacerlo varias veces.
Para evitar estos inconvenientes al imprimir, es fundamental conocer cuáles son los errores más comunes y cómo se pueden evitar. A continuación, te mostramos los más frecuentes.
Ortografía y sangrado
Los dos errores de impresión más comunes suelen ser las faltas de ortografía en los textos y la falta de consideración del sangrado.
Las faltas de ortografía, a menudo producto del desconocimiento de ciertas normas, descuidos al escribir o prisas que impiden revisiones, son una fuente frecuente de repeticiones al imprimir documentos. Por esta razón, es más que necesario, esencial, revisar minuciosamente cualquier texto antes de enviarlo a imprimir. Ya sea repasando lo escrito, utilizando un corrector ortográfico o solicitando a otra persona que lo revise. De esta manera, se pueden minimizar los errores y evitar problemas de impresión.
En cuanto a los errores de sangrado, son bastante comunes en documentos y textos que se imprimen para posteriormente cortarlos y encuadernarlos. En este caso, es importante tener en cuenta que, después de la impresión, la guillotina que se utilizará para cortar los bordes y encuadernar el contenido seguirá la marca de sangrado. Esto significa que si hay texto o imágenes que exceden el área de sangrado, se cortarán.
El ajuste adecuado del sangrado del documento antes de enviarlo a imprimir es una forma de solucionar este error de impresión. Además, es fundamental revisar que todo esté correctamente ajustado, maquetado y distribuido para evitar cortes inesperados.
Tipografías y la resolución
Uno de los errores de impresión más frecuentes ocurre al seleccionar las tipografías al crear un texto para un documento o integrarlo en una imagen o cartel. En ocasiones, se eligen tipografías que se ven bien en pantalla, pero que no están instaladas en la computadora utilizada para imprimir, lo que puede llevar a resultados desastrosos. En ese caso, el sistema utilizará una tipografía diferente para la impresión, lo que probablemente no cumplirá con las expectativas.
En muchos casos, la solución radica en elegir una tipografía que esté disponible en el sistema. Determinar si se dispone de ellas es bastante sencillo en la mayoría de los casos. Al utilizar programas de diseño y edición como Adobe Illustrator o Corel Draw, por ejemplo, el propio programa alertará sobre la falta de fuentes. Sin embargo, al usar otras herramientas de software, es posible que el programa no avise sobre la ausencia de tipografías en el archivo enviado a la impresora hasta el momento de la impresión o incluso que no lo detecte en absoluto. Por lo tanto, es importante asegurarse de utilizar fuentes instaladas.
En cuanto a los problemas de impresión relacionados con imágenes, o documentos que contienen imágenes y que resultan en una calidad inferior a la esperada, se pueden solucionar utilizando archivos con la resolución adecuada. Para ello, es necesario conocer los puntos por pulgada (ppp) de cada imagen antes de imprimir, de modo que se pueda determinar si son suficientes para obtener una buena calidad de impresión. Por lo general, una mayor cantidad de puntos por pulgada (ppp) se traduce en una mejor calidad.
Para evitar problemas de calidad en la impresión, se recomienda utilizar imágenes con una resolución igual o superior a 300 puntos por pulgada (ppp). Sin embargo, al imprimir documentos o imágenes descargadas de la web, o preparadas para su publicación en línea o en redes sociales, es necesario tener precaución. Por lo general, su resolución suele ser de 72 ppp, que puede ser suficiente para una impresión de tamaño pequeño. Sin embargo, al ampliarlas, se pixelarán y la calidad de impresión será muy deficiente.
En resumen, los errores de impresión más comunes incluyen faltas de ortografía y falta de consideración del sangrado en los textos, selección de tipografías no disponibles en el sistema de impresión y uso de imágenes con una resolución inadecuada. Para evitar estos errores, es importante revisar minuciosamente los textos antes de imprimir, ajustar correctamente el sangrado del documento, utilizar tipografías instaladas en el sistema y asegurarse de que las imágenes tengan una resolución adecuada, especialmente al ampliarlas. Estos pasos simples pueden ayudar a evitar repeticiones y problemas de calidad al imprimir documentos.